miércoles, 18 de febrero de 2009

DESDE UN LUGAR PARECIDO AL PARAISO: Heladerías Jauja


Es así como definen los amigos de Heladerías Jauja a El Bolsón.
Ésta ciudad tiene alrededor de 20000 habitantes y se encuentra en la Provincia de Río Negro. Constituye la puerta de entrada a la denominada “Comarca Andina del Paralelo 42”, que está integrada además por: Lago Puelo, El Manso, El Maitén, Cholila, El Hoyo y Epuyén.
La Comarca en sí es una comunidad agrícola-ganadera, siendo su principal actividad la fabricación de dulces, cerveza y artesanías, los cultivos orgánicos y el turismo.
“Patagoneando” en el verano del 2002, conocí esta región, la ciudad de El Bolsón, y “Los helados de Jauja”, que se convirtieron en parada obligada en cada viaje por esas tierras. Los que tuvieron la posibilidad de probarlos, saben de que les hablo.
Les recomiendo: El helado de cerveza y Calafate con leche de cabra.

Melchor Mazzini, hijo del matrimonio fundador, a través de esta entrevista nos lleva a recorrer el mundo de Jauja.

¿Cuando comienza la historia emprendedora de tu familia?
Helados Jauja es una empresa que fundaron nuestros padres, Lucy y Pepe. En realidad, han sido socios y pareja desde el primer momento juntos, en 1968. El nombre Jauja lo llevan con ellos desde aquel entonces, cuando hacían juguetes didácticos de madera. Luego vendrían unos cuantos años de negocios de artesanías en Villa Gesell y, desde 1982, en El Bolsón (lugar en el que nos establecimos en 1980). El sitio en el que está Jauja era un restaurant casi abandonado, en el que inicialmente ensayaba el coro (del que mis padres eran integrantes) y en verano se vendían comiditas, tortas, etc. El crecimiento de la empresa se fue dando naturalmente, sin demasiada proyección ni planificación de nuestros padres (que hoy están prácticamente retirados, aunque siguen asesorándonos a mi hermano y a mí)
¿Cómo surgió la idea y cómo la llevaron a la práctica?
La idea de los helados surge gracias a lo que otros considerarían mala suerte. Al principio se vendían helados del tipo industrial (Frigor), hasta que un día el distribuidor decide dejar de vendernos para atender exclusivamente a otro negocio del pueblo.
Gracias a eso, mis padres decidieron empezar a fabricar su propio helado. Tomaron un cursito rápido (3 semanas), compraron maquinaria muy (pero muy) básica, y empezaron a elaborar.
Al principio se hacía un helado muy simple, sin características particulares, y luego mis padres observaron que el valle de El Bolsón y la Comarca ofrecían una gran variedad de frutas y productos que se podrían aprovechar para hacer helados diferentes. Con su pasado artesano y artístico, no les llevó mucho tiempo empezar a experimentar.
¿La inversión inicial fue con fondos propios, tomaste créditos o contaste con inversores? ¿Cómo buscaron los recursos: dinero, gente, asesoramiento, etc?
La inversión inicial fue con fondos propios. No se trató de una inversión significativa, se empezó bien de a poco.
Recién a los 7, 8 años de iniciado el emprendimiento, se tomó un crédito, que se utilizó en la adquisición de maquinaria italiana. Esto nos permitió dar un salto cuali – cuantitativo, utilizando materias primas de la más alta calidad y elaborando con la mejor tecnología sin perder la condición artesana del producto (la diferencia, para poder explicarla, es como usar un horno casero y un horno profesional. Lo importante sigue siendo la materia prima y la forma de tratarla)
Con respecto a la segunda parte de la pregunta, los recursos siempre han sido fruto de la reinversión. Y esa forma de trabajar sigue siendo hoy una característica de la empresa.
¿Cómo fue evolucionando la empresa?
Podríamos dividirla en tres etapas claras.
a) La fundación, los primeros 8 – 10 años, cuando aprendimos el oficio, creamos el estilo, investigamos las posibilidades que nos ofrecía y ofrece nuestra región para hacer un producto diferente.
b) El crecimiento, cuando empezamos a comercializar nuestros helados fuera de la comarca andina del Paralelo 42, y llegamos a Comodoro Rivadavia (actualmente no estamos allí, pero en algún momento pensamos volver), San Carlos de Bariloche, Villa La Angostura, etc. En esta etapa empezamos a ser reconocidos y a crecer más de lo que habían esperado nuestros padres y nosotros mismos.
c) La Segunda generación. Actualmente, mi hermano Camilo y yo estamos a cargo de la empresa, y afrontamos el desafío de desarrollar y profesionalizar la empresa familiar sin perder la esencia que la hizo ser lo que es. Nuestro objetivo es crecer sin afectar al producto. Como punto de partida no tenemos un trabajo de imagen, ni de mercadeo ni la infraestructura de otras empresas, sólo tenemos un producto que nos llena de orgullo y que pretendemos sostener como bandera principal del emprendimiento.
¿Cuáles son sus planes de expansión?
Queremos afianzarnos en Bariloche, nuestro segundo hogar, donde nos sentimos locales. Y cada día que pasa nos acercamos un poco más a Buenos Aires, donde no queremos ir a pelear con los grandes (porque sería desubicarnos) sino ir haciéndonos un lugar humilde pero sólido. Tenemos resuelta la logística, nos falta animarnos a dar el salto. Y tal vez éste sea el año. La decisión final depende –en mucho- de las condiciones en las que se encuentre la economía nacional.
¿Cuáles son los rasgos distintivos de tu negocio, que los hace diferenciarse de otras heladerías artesanales de la zona, cuáles nombrarías?
En los últimos años ha habido una especie de boom del helado artesanal en la región. No me atrevo a mencionar a los colegas, a los cuales respetamos mucho, porque estamos –honestamente- centrados en lo que hacemos nosotros. No sentimos que haya competencia entre las diferentes empresas, sino más bien una complementación. La pura verdad es que no miramos qué están haciendo los demás sino que tratamos de seguir habiendo bien lo que hacemos bien y corregir los errores, que no son pocos.
Tenemos claro que somos pioneros en el uso de frutos de la región y que –como muchas otras buenas heladerías artesanales del país- utilizamos sólo materias primas frescas (leche, huevos, etc.), y no usamos colorantes ni saborizantes. Otra característica diferenciadora es la originalidad de nuestros sabores, algo sobre lo que trabajamos permanentemente, buscando que la innovación vaya de la mano del buen gusto.
¿Cómo se capacitaron y capacitan a su gente?
Estamos en permanente búsqueda de asesores, a los cuales traemos a la región para que nos formen tanto a nosotros como a nuestro equipo de trabajo. No es fácil conseguir buena formación artesanal, porque –en general- se ofrece formación para la utilización de productos que bajan los costos y logran más homogeneidad y espectacularidad en los helados, pero también afectan a la calidad, pues no son naturales. Buscamos –a rajatabla, y casi como una filosofía de vida- que nuestro producto sea genuino y artesanal, y cada vez quedan menos maestros que levanten esas banderas.
¿Qué le aconsejarías a quienes están comenzando su emprendimiento?
Ante todo, empezar de a poco, no tirarse a la pileta con grandes inversiones; estudiar el negocio que se quiere hacer, tener muy en cuenta los costos “ocultos”, aquellos que cuando estamos entusiasmados con emprender algo nuevo minimizamos o desestimamos y luego pueden ser la espada de Damocles del proyecto.
También tendría muy en cuenta el sentido de la oportunidad, la potencial competencia y las condiciones del mercado para lo que nos proponemos iniciar. La intuición puede ayudar, pero también puede ser nuestra peor enemiga.
También invitaría a cualquier entrepeneur a no quedarse en el rol de inversor, administrador o “gerente” sino a trabajar y conocer en detalle su propio negocio. Esto último hace a la gestión de calidad y competencia que terminan haciendo la diferencia, y nos permite poder comandar al equipo de trabajo con real autoridad.

Gracias Melchor, por tu tiempo, disponibilidad y porque me demostraste que sigue viva la filosofía con que comenzaron tus padres el negocio y que es muy bien definida por ustedes:
“Nuestra filosofía de trabajo está estrechamente ligada con nuestra manera de ser. Elegimos El Bolsón para vivir en un lugar diferente, de una manera distinta. Y lo que hacemos es así. Calidad, atención cordial, creatividad y la alegría de vivir en un lugar muy parecido al Paraíso. Eso es Jauja.”

http://www.heladosjauja.com

domingo, 15 de febrero de 2009

PATAGONEANDO

Aquí estoy : vuelta de las vacaciones¡¡¡

Estuve Patagoneando por esos increíbles lugares que tenemos en nuestro país: de cielos azules límpidos, lagos que parecen cielos, montañas que invitan a caminar y gente cálida y abierta.

El 2009, es uno particularmente difícil, a nivel mundial con golpes de crisis económicas que afectan a cada nación en distintos niveles dependiendo de su situación político-económica a este momento.
Todos escuchamos que las estadísticas, predicciones y análisis no son estimulantes para el nuevo emprendedor, pero como les dije en la nota acerca de la Crisis: debemos estar abiertos al cambio, aprovechar para movernos rápidos dentro de este escenario, no paralizarnos, y no perder la pasión por emprender.

Y así fue, como Patagoneando encontré estos amigos emprendedores, que más allá de las diferencias que tengamos, como las distancias que los separan de “la capital”, el clima, la calidad de vida, el sonido del silencio en lugar de los bocinazos, etc. etc. (Decidí limitar la enumeración para no ponerme nostálgica¡¡¡)…….compartimos la actitud emprendedora.
Y así es como a partir del próximo Post comenzaré a contarles algunas de sus historias.

(Foto:Lago Puelo y en el fondo el Cerro Tres Picos, El Bolsón, Chubut)