viernes, 13 de noviembre de 2009

Charla de Jóvenes emprendedores


Esta semana se publicó en el portal de noticias de la Facultad la nota que les transcribo a continuación en la que hay una breve reseña sobre la charla de jóvenes emprendedores de la 2º Edición de la Feria de Vinculación, en la que oficié de moderadora.

A continuación la nota


“Desde que el músico tararea su primera melodía hasta el CD terminado hay miles de pasos”Expresó Juan Bernabé, de Vuela Ñandú
Se realizó la 2º Edición de la Feria de Vinculación Profesional, organizada por la Facultad de Diseño y Comunicación de la UP. Una de las actividades consistió en una clínica de asesoramiento a emprendedores, que contaron cómo se iniciaron en sus proyectos y cuáles son sus fortalezas y debilidades.
La clínica consistió en una mesa redonda de jóvenes que están iniciando sus primeros pasos como emprendedores en las áreas del diseño y las comunicaciones. Se llevó a cabo en el marco de una jornada que incluye charlas, presentaciones y talleres dictados por profesionales en actividad, para que los interesados puedan conocer a fondo todas las carreras y las posibilidades que brindan dentro del campo profesional y su inserción laboral. La clínica estuvo moderada por Sandra Cabrera.
Comenzó su exposición la estudiante DC-UP María José Olivero, de Amores de Blonda: “Esto básicamente comenzó con la tesis. Por eso les recomiendo que hagan su trabajo de grado. Yo terminé mi idea junto con la carrera y después la convertí en realidad. En distintos trabajos fui haciendo contactos que después me sirvieron. Conocí, por ejemplo, a Ricardo Piñeyro. Él me dejó vestir a las modelos suyas para una fiesta de la revista Gente en Punta del Este. Gracias a eso mis modelos fueron tapa de la revista. Con el correr del tiempo, le dimos un estilo diferenciado, sin llegar al lujo ni al trash. Prácticamente tercializamos todo”. Luego Sebastián Quiroga agregó: “Hace dos años y medio que empezó la marca y, en ese tiempo, fue cambiando mucho, siempre con un énfasis en la calidad”.
Le siguió Amadeo Pasa, organizador y creador del Festival Buendía: “Soy un autodidacta. Me parece fundamental que uno confíe en la intuición. Lo primero que pensás, generalmente, es lo mejor. El festival que produzco es masivo. Lo empecé porque quería tocar en un escenario y terminó siendo un megaevento. Fue muy espontáneo el inicio del evento. Yo tenía 21 años y venía de la música y la literatura. Prácticamente no sabía lo que era un número de CUIT”.
A continuación, tomaron la palabra los creadores de Vuela Ñandú. Juan Bernabé expresó: “Tenemos la sensación de que todo se mueve y que eso está bien. Nosotros tratamos de acompañar ese movimiento. Uno tiene que ser permeable al viento, pero tampoco ser un barrilete. Hay que prestar atención, así podés clavarte en la tierra si sopla para un lado que no te gusta”, dijo y agregó: “Lo que más nos interesa es la producción de CDs de otros artistas. Desde que el músico tararea su primera melodía hasta el CD terminado hay miles de pasos”. Concluyó Diego Velázquez: “Está bueno delegar, por eso es fundamental encontrar gente en quien confiar. Una vez que conseguís a alguien así, hay que cuidarlo”.
Le siguió Germán Andrés, del Club del Disco: “Los músicos independientes suelen tener problemas para llegar al público ya que pocas veces los grandes medios los difunden. El Club del Disco es una especie de amigo que te recomienda escuchar algo porque está bueno. Empezó en el 2005 con tres personas. Como hay tanta música hoy en día, porque las posibilidades son más accesibles, el club arma una selección de lo que considera interesante”.
La escritora Carolina Sborovsky habló de su proyecto editorial titulado El fin de la noche: “En los sellos tradicionales se hacen tiradas grandes para amortizar el precio de las planchas. Eso hace que las librerías y editoriales se llenen de un gran stock que rota velozmente porque hay una sobre-oferta editorial con más títulos que lectores. Frente a este panorama, nuestro grupo editorial optó por imprimir tiradas muy pequeñas y a pedido. El libro no se agota y sale más barato. Somos los primeros que empezamos a trabajar con este sistema”.
El siguiente emprendimiento fue un local de venta en San Telmo, bajo el nombre de “Cualquier verdura”, llevado a cabo por dos hermanos. Comenzó hablando Esteban Brenman: “Creo que lo mío es la prueba y el error. La fórmula que descubrí es que para que una cosa salga bien hay que hacer nueve mal. Tuvimos la suerte de que nos empezaron a llover empresas. Fuimos aprendiendo sobre la marcha. Va llegando gente de otros proyectos que te van enseñando un montón de cosas. Hay momentos en los que uno tiene que ponerse a reparar la silla y hay momentos en que no, porque tenés que hacer otra cosa. Cuando uno descubre que otra persona lo puede hacer y, es más, se apasiona por eso, es un paso importante” Luego Violeta Brenman: “Empezamos a trabajar con mi hermano. Compramos una propiedad en San Telmo de 1890, que estaba muy deteriorada. Nos interesaba conseguir cosas raras y venderlas todas juntas. Tenemos objetos antiguos y nuevos, de acá y de China”.
Para finalizar, le tocó el turno a Puro, una marca de zapatillas y bolsos. Gabriel Pozner expresó: “Puro es una marca de zapatillas y bolsos con un concepto vintage. Yo no soy diseñador, por eso tuve que hacer un curso de corte y modelaje. No era nuestro rubro y no teníamos idea de nada. La primera parte era entender qué se podía y qué no se podía hacer. Uno tiene una idea en la cabeza pero quizás aparecen después posibilidades que son mejores. Hay que estar abierto a eso. Hace año y pico empezamos a trabajar con prensa y a partir de esa opción la marca se empezó a vender más. Fuimos aprendiendo muchas cosas con el correr del tiempo”. Luego, Itatí Montechiani: “Empezamos haciendo zapatillas y después nos pusimos con los bolsos porque los clientes nos pedían. Fue el complemento ideal. Hoy en día es lo que más se vende, tal vez porque el mercado está regido por las grandes marcas. El bolso fue entonces lo que nos ayudó a posicionarnos”.